Parnaso español 156
¡No si no fuera yo quien solamente
tuviera libertad después de veros!
Fuerza, no atrevimiento, fue el quereros,
y presunción penar tan altamente.
Osé menos dichoso que valiente;
supe, sino obligaros, conoceros;
y ni puedo olvidaros ni ofenderos:
que nunca puro amor fue delincuente.
No desdeña gran mar fuente pequeña;
admite el sol en su familia de oro
llama delgada, pobre y temerosa;
ni humilde y baja exhalación desdeña.
Esto alegan las lágrimas que lloro;
esto mi ardiente llama generosa.