Parnaso español 155
Ya que no puedo l'alma, los dos ojos
vuelvo al dulce lugar, donde, rendida,
dejé mi antigua libertad, vestida
de mis húmedas ropas y despojos.
¡Oh, si sintiera ya los lazos flojos
en que tirano Amor la tiene asida,
o el desengaño tardo de mi vida
a su prisión burlara los cerrojos!
A ti me fuera luego, y de tu techo
las paredes vistiera, por honrarte,
con duro lazo, por mi bien, deshecho.
Mas hállome en prisión tan de su parte,
¡oh libertad!, que faltas a mi pecho
para poder sin Fili desearte.