Parnaso español 144
¿Quién alimentará de luz al día?
¿Quién de rayos al sol? ¿Quién a la aurora
de perlas, que en tu risa y boca llora;
del coral, que en tus labios encendía?
Ya falleció del mundo la alegría;
melancólica y mustia yace Flora,
cuando el cabello de tu frente dora
en negro luto la ceniza fría.
Por sólo unirse a Dios tu alma pudo
desunirse del cuerpo, que en el suelo,
si fue cuerpo o deidad, aún hoy lo dudo.
Dichoso en tanto llanto fue su vuelo,
pues que sube tu espíritu desnudo
de un cielo, por vestirse de otro cielo.