Parnaso español 128
Mi madre tuve en ásperas montañas,
si inútil con la edad soy seco leño;
mi sombra fue regalo a más de un sueño,
supliendo al jornalero las cabañas.
Del viento desprecié sonoras sañas
y al encogido invierno cano ceño,
hasta que a la segur villano dueño
dio licencia de herirme las entrañas.
Al mar di remos, a la patria fría
de los graznidos, vela; fui ligero
tránsito a la soberbia y osadía.
¡Oh amigo caminante! ¡oh pasajero!,
dile blandas palabras este día
al polvo de Jasón, mi marinero.