Parnaso español 085

​Al incendio de la Plaza de Madrid, en que se abrasó todo un lado de cuatro

(Parnaso español)​
 de Francisco de Quevedo


Cuando la Providencia es artillero,
no yerra la señal la puntería;
de cuatro lados la centella envía
al que de azufre ardiente fue minero.


El teatro, a las fiestas lisonjero,
donde el ocio alojaba su alegría,
cayó, borrando con el humo el día,
y fue el remedio al fuego compañero.


El viento que negaba julio ardiente
a la respiración, le dio a la brasa,
tal, que en diciembre pudo ser valiente.


Brasero es tanta hacienda y tanta casa;
más agua da la vista que la fuente:
logro será, si escarmentado pasa.