Palabras de José Antonio ante el Cine Padilla


(Palabras de José Antonio en el cine Padilla, antes de trasladarse a pronunciar su discurso en el cine Europa, el 2 de febrero de 1936[1])

Los camaradas y amigos que están en el cine Padilla me van a conceder la benevolencia de tolerar que me traslade al cine Europa a pronunciar mi discurso. Se me han propuesto varias fórmulas, una de las cuales era decir aquí una parte y allí otra de la que podríais (si queréis ser generosos en la denominación) llamar la pieza oratoria que esperáis de mí. Yo, que empiezo a sentir una cierta fatiga oratoria, que siento disminuir mis aptitudes, no me arriesgo a partir en dos un discurso, como se parte en dos un salchichón. (Risas.) Solicito vuestra benevolencia para hablar a todos desde allí, y todos estáis seguros de que si mi presencia física no está aquí, en el cine Padilla, entre vosotros, la tensión espiritual, mucho más sentida, mucho más permanente que la de este cable eléctrico que nos une, se ha de mantener entre nosotros lo mismo que si yo estuviera físicamente aquí. Aparte de que quedan para presidimos varios de los camaradas que se sientan detrás de esta mesa, a uno de los cuales, a Rafael Sánchez Mazas, habéis oído tan magníficas palabras.

En los minutos que yo emplee en trasladarme del cine Padilla al cine Europa, nuestras camaradas de la Sección Femenina van a proceder a una colecta. Para esta colecta no ruego de vosotros otra cosa que una cierta actitud de seriedad. Ya sabéis hasta qué punto es pobre la Falange; ya sabéis en qué empeños ha metido sus huestes. Estoy seguro de que nadie que recapacite un instante sobre esto contestará al requerimiento de nuestras camaradas con avaricia. Es fácil dar unas monedas de cobre; es fácil para algunos dar unas monedas de plata. No es lo fácil lo que pedimos, sino lo difícil, como difícil es la tarea que tenemos ante nosotros. Ya sé que con sólo esto, el que pueda dar una peseta no dará unos céntimos; el que pueda dar un duro no dará una peseta; el que pueda dar cinco duros no dará un duro. Al acercarse nuestras camaradas con la bolsa abierta para hacer un requerimiento a su generosidad, que cada uno considere, si no le basta avergonzarse de sí propio reprochando su propia cicatería, no lo que hicieron por la Falange los que cayeron, cuyo recuerdo es demasiado delicado para invocarse en solicitud de unas monedas; que piense cada uno en lo que dan nuestras magníficas compañeras que, uniformadas, enhiestas, activas, valerosas, constantes, vencen todos los días la batalla contra su propia timidez y se acercan a solicitar nuestra generosidad. (Grandes y prolongados aplausos).

(Arriba, núm. 31, 6 de febrero de 1936)

nota del transcriptor

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  1. El discurso del Cine Europa es La Falange ante las elecciones de 1936 y que es publicado entero en Arriba pero que en los Textos de doctrina política de la Sección Femenina vienen por separado ambos discursos como aquí reproducimos.