comerciales, nuestra pabellon, ha venido á ser casi extrangero á esos mares en los que nuestros padres, mas emprendedores y mas industriosos recogian enormes provechos. —¿Qué importad nuestros marinos que la Inglaterra establezca factorias y puertos de arribo en las islas Falkland y tierras adyacentes, y que se atribuya el monopolio de la pesca en esos parages? La caza de amfibios es una industria enteramente desconocida en nuestras gentes de mar; y de los veinte y siete balleneros salidos de Nantes y del Havre en el año 1841 ¿cuantos han ido á tentar fortuna á los lejanos mares Australes? Nuestras relaciones con la América del Sud que tan vasto campo ofrece á las especulaciones de comercio, están estacionarias y casi se limitan al litoral del Atlantico, donde luchan con trabajo con la concurrencia de los ingleses y americanos del Norte. Diez únicos buques con pabellon frances, en 1841, han doblado el Cabo de Hornos. La suma de nuestras importaciones en el mar Pacífico, es decir, en los
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