Página:Voltaire - Memorias de su vida escritas por él mismo (1920).pdf/28

Esta página no ha sido corregida
24
 

a Holanda sólo por hacerle ese pequeño favor; pero ante las exigencias del librero, el rey, nada descontento en el fondo de su alma de verse en letras de molde, prefirió que le imprimiesen de balde a pagar por permanecer inédito.

Cuando andaba yo por Holanda, ocupado en este asunto, el emperador Carlos VI murió, en el mes de octubre de 1740, de una indigestión de setas, de la que resultó una apoplejía; aquel plato de setas cambió los destinos de Europa. No tardó en descubrirse que Federico II, rey de Prusia, no era tan enemigo de Machiavelo como el príncipe real pareció serlo. Aunque ya daba vueltas en su cabeza al proyecto de invasión de Silesia, no por eso dejó de llamarme a su corte. Ya le había yo notificado que me era imposible establecerme en su corte, que anteponía la amistad a la ambición, que estaba ligado a la marquesa def Chatelet y que, filósofo por filósofo, prefería una dama a un rey. Aunque no le gustaban las muje res, Federico aprobaba mi franqueza. En el mes de octubre fuí a Berlín a cumplimentarie.

El cardenal Fleury me escribió una larga carta, llena de elogios para el Anti—Machiavelo y para su autor; no dejé de enseñársela al rey. A la sazón estaba ya reuniendo sus tropas, sin que ninguno de sus generales mi de sus ministros penetrase sus designios. El marqués de Beauvau, enviado a su corte para cumplimentarle, creía que iba a declararse contra Francia en favor de Maria Teresa, reina de Hungría y de Bohemia, hija