maqui y del espino, que se emplea para atar a modo de cuerda o que trenzada sirve para formar cordeles.
Observa Román que esta voz nada tiene que ver con el árbol güira, que trae el léxico, y en cuanto a su etimología, que bien pudiera tener su origen en vira, «tira de tela, badana o vaqueta.» Rodríguez y Lenz piensan que viene del verbo araucano huyrun, desollar, mondar; y esto es lo que tengo por más probable.
Vial Solar ha llevado a la poesía este vocablo (ob. cit., p. 57):
La víctima inocente maniatada
por los flexibles y apretados lazos
de verdes huiras en los tiernos brazos
espera sin saberlo.
Huiro. m.
Las ramas largas del cochayuyo, a modo de lazos o cordeles, algunas hasta de varios metros de largo, y menos generalmente las de otras algas marinas de las fucáceas.
Es, a nuestro juicio, de procedencia indígena, probablemente quichua, uiru o viru, aplicado en su origen a la caña del maíz, y por extensión, por la forma que afectan, a estas ramas de algas. Véanse en Lenz y Román las acepciones que en otras naciones americanas se da al güiro y güira. «Pedimos, dice ese último autor, la admisión de esta voz.»
Jaiba, f.
«... Los cangrejos marinos son notables entre los mariscos por su delicado sabor, las jaibas...» Molina. Es un crustáceo semejante al que en España llaman cámbaro y cabrajo.
«Cuanto a la etimología de jaiba, dice Pichardo, observa Román, que es voz indígena (de Cuba), sin explicar nada más.» Oviedo la trae como voz corriente: «langostas, cangrejos, xaybas, camarones», (libro XIII, cap. I.). Como en tal acepción se usa en varios países de América, es justo que la acepte ya el Diccionario.»