Página:Voces chilenas de los reinos animal y vegetal.djvu/56

Esta página ha sido corregida

debió hacerlo respecto de choclo, dice, «que se usa en más naciones y tiene en su favor más respetables autoridades.»

Voz corriente en Colombia, Ecuador, Perú y Argentina, de que ya han hablado los lexicógrafos de esos países. Tráenla también Salva y Zerolo. Viene del quichua y aimará.


Choco. ca.

«Especie de perros, chicos de cuerpo, de lana crespa y abundante, muy nadadores y aficionados al agua, de la cual afición les viene, sin duda, el nombre de perros de agua, con que en España se conocen.» Z. Rodríguez. Con el mismo nombre de chocos se designan también estos perros en la Argentina y en el Perú (Lafone y Arona). Respecto a la etimología de esta voz, al paso que Lenz opina que se «trata de varias palabras que se han confundido y contaminando» y que el elemento fundamental es el castellano zoco, nota que en quichua existe la voz ch'acu, que Middendorf define «perro crespo de aguas», que seguramente es la misma palabra que el peruano y chileno perro choco. Román deriva la etimología de tal voz del verbo araucano chocón, «entumirse de frío y agua.»

Sea como quiera, no podrá negarse que la voz choco, que en Chile ha pasado a significar también a la persona de cabello corto y ensortijado, sobre todo si por ser roma y arremangada de narices y de facciones recogidas, se asemeja a los perros de que se trata (Rodríguez), es de uso corriente entre nosotros y puede, por tal causa, figurar, al menos, como chilenismo.


Cholgua. f. (Mytilus chilensis).

«En las cholguas se crían perlas y algunas de buen criente.» Córdoba y Figueroa. «También son comunes en aquel mar las llamadas cholgua...» Molina. Error manifiesto en el nombre, pues, sin el uso general, en araucano, de donde procede, es chollhua.

Molusco muy parecido al choro, del cual se distingue por su menor tamaño y el color más pálido de su carne.

Lenz, n. 442, que cita también bajo el número 195 la voz colhue, asimismo de un molusco de concha blanquecina, en araucano collhue, que Febrés traduce «unos choros de cáscara