de la cola. Diéronle los españoles el nombre de gato marino.» Molina.
Es voz araucana, que se halla en Febrés.
Lenz, n. 410, y Román, II, 38.
Chingue, m. (Mephitis chilensis).
«El chingue... todas las especies son negras, rayadas de blanco, y tienen en las manos uñas fuertes y cavadoras.» Philippi. «Además de estas diferencias de vulpejas, se halla aquí otra muy notable; llámase chinigue... Es pequeña, de negro y blanco, con velloso cuerpo y dilatada de cola; hace su albergue en las cavernas de los riscos; si alguna vez la encuentran los perros en la campaña y no puede escaparse por sus pies, viéndose ya en el último riesgo de la vida, los rocia con orines y otra evacuación de humor, tan pestilencial y hediondo, que los desalienta e inficiona el aire por muy grande trecho al rededor...» Rosales. «El chingue... tiene en Chile la misma estatura que un gato común, y su color es un color azulado, menos sobre la espalda, en la cual tiene una lista de manchas redondas y blancas, que se extienden desde la frente hasta la cola...» Molina. «El chingue es una zorra pequeña taraceada de blanco y negro con hermosa proporción; se defiende de los que intentan cogerlo con la inmundicia de su orín, que es en extremo fétido.» Olivares.
Es voz araucana, que castellanizada parece de una sola terminación, por más que alguien haya escrito chinga, por la hembra del chingue.
Lenz, n. 410 Román cree que el nombre castellano de nuestro chingue, moefta, viene del italiano; la última edición del Diccionario la deriva del neerlandés muf, pero, puesto que se trata de una voz de procedencia de la América del Sur, única región del globo en que habita este mamífero, opino por que no se debe prescindir del nombre que aquí se le da, derivado del araucano chinghe, que registra Febrés. Los cronistas españoles que primeramente describieron este animalejo no le señalaron ninguno.