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semejante en el color a una aceituna verde e igual en el tamaño, es de un dulce muy gracioso; su huesecillo, por la dureza, color y figura, es de mucho aprecio para cuentas de rosario.» Olivares.

«El boldo, cuyos carpidios son unas pequeñas drupas comestibles, últimamente recomendado como remedio en las enfermedades del hígado». Phillippi.

Lenz, n. 69. Román: «Ya es tiempo de que el Diccionario acoja esta voz».

Zerolo trae, erradamente, boldo y boldu como especies diversas, y boldoa como planta originaria de México.

De las hojas del boldo, cuya eficacia en las enfermedades hepáticas está hoy perfectamente comprobada, se extrae la boldina.


Bollén, m. (Kagenekia oblonga).

Arbusto o arbolito de altura de tres a cuatro metros, de la familia de las Rosáceas, lampiño, siempre verde, de hojas coriáceas, oblongas, a veces trasaovadas, obtusas o agudas, con dientes glanduliformes poco marcados. Inflorescencias axilares; fruto folículo.

«El bollén es un árbol que da la hoja muy parecida a la del belloto, da la flor a modo de una estrella, y allí cría en los rayos de la estrella una telita blanca, delgada como papel.» Rosales. «En las playas del país crece también otro árbol grande y de bellísimo aspecto, llamado bollén, el cual me parece un verdadero veneno. Sin embargo, en ciertas circunscias críticas usan los médicos de los polvos y de sus renuevos disueltos con agua, administrándolos como vomitivo y como purgante, pero no pasando la dosis de medio escrúpulo, por cuanto estos polvos son uno de los eméticos más terribles que se conocen en el reino vegetal.» Molina. «Las hojas de estos árboles son semejantes por la figura a las del limón, pero el color es más vivo, y especialmente las del bollén, que son de un verde luciente y muy alegre.» Gómez de Vidaurre.

Lenz. n. 1459, que escribe esta voz con v. Puesto que no hay certidumbre de su etimología araucana y todos los escritores emplean la b, conservamos esta letra. Así también Román,