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guez. La cueva del loro Eustaquio, p. 106. Ejemplo a que añadiremos el siguiente: «La araña, encerrarla en el sepulcro formado por los despojos de sus enemigos vencidos uno a uno, suspende su enrejado castillo entre las ramas de los árboles. Ahí, por un vuelo demasiado rápido, va a caer entre las redes un pololo...» Medina, opúsculo citado.

«En esta acepción debe admitirse nuestra voz pololo.» Román.


Pollolla. f. (Podiceps Rollandii).

Pertenece al mismo género de las hualas, aves acuáticas de que ya se trató, pero su color es diverso.

Escriben algunos, v.g. Rodríguez, polloyo.

Lenz, n. 1153, cree que la etimología de esta voz debe de ser araucana, si bien falta en los diccionarios; pero Román opina que está formada de polla.


Póquil. m. (Cephalophora glauca).

Pertenece esta hierba a la familia de las Sinantéreas, suborden de las tubilifloras, de un género particular a Chile, que comprende varias especies; «las de tallo por lo común sencillo, con hojas superiores angostas; sésiles, tienen indistinta mente el nombre de póquil.» Philippi.

«Póquil, que algunos llaman manzanilla cimarrona», dice Philippi. Feuillé con el nombre de poquill; poquell, Carvallo, y póquel, Zerolo. En araucano es pocull: una flor con que tiñen amarillo, expresa Febrés.

Lenz, n. 1156, y Román.


Poroto, m.

«Alubia americana», se limita a decir el Diccionario. Viene del quichua purutu. Se da ese nombre en Chile a la planta, al fruto, y al guiso que de él se hace. Los hay de muchas especies, pero las más conocidas son las que llaman bayos, burritos, caballeros, colorados, coscorrones, mantecosos, etc.; de los pallares ya se hizo mención. En tabla, los que no están todavía del todo granados, que suelen también designarse como verdes.