Pangue, m. (Gunnera chilensis).
«... planta sin tallo, pero cuyas hojas alcanzan a veces a un tamaño extraordinario; los pecíolos se comen bajo el nombre de nalca, y la raíz muy gruesa, que contienen mucho tanino, se usa para varios objetos.» Philippi. «Planta grande, sin tallo, muy áspera; las hojas largamente pecioladas, a veces enormes, de uno y medio metro de diámetro, orbiculares, lobuladas; de su centro nace un bohordo cilíndrico, que lleva muchas espigas de flores; el fruto parece una pequeña drupa, porque el cáliz se vuelve carnoso, el pangue es muy común en los lugares pantanosos, a lo largo de los arroyos, etc.»
«Salía yo cada día en un barquillo que allí tenía, y iba el río arriba, de cuyas riberas traía cantidad de pencas de áspera comida, de unas grandes hojas mayores que adarga de una yerba llamada pangue, cuyas raíces sirven allá a los nuestros de zumaque, para curtir los cueros.» González de Nájera. «El pangue, bien conocido por sus hojas, que son tan grandes, que pueden servir de quitasol, se da en los cenagales como unas cepas gruesas.» Rosales. «La raíz de aquella planta vivaz, que los indios llaman el panke..., da un color negro bellísimo.» Molina. Forma que se cambió por la que tiene actualmente, según lo notó ya Carvallo: «en lengua del país, corrompido panque, que debía ser panqué.» Pangui escribió Péres Rosales: «La hoja de nalca o pangui, como la llaman en el norte, excede en tamaño los límites de la ponderación en Llanquihue...: una de las hojas midió tres varas y cerca de cuarta de diámetro...»
Celebrada también en su Purén Indómito por Alvarez de Toledo, canto XIX:
Allí se vió después desamarrado
Y a una india taparle el cuerpo todo
Con las hojas del pangue, de manera
Que nadie no le vió desde acá fuera.
Mas él bien vido a todos claramente
Desde el pantano adonde oculto estaba
Y cómo por el rastro aquella gente
Entre los mismo pangues le buscaba.
De pangue se ha formado pangal: sitio donde viven agrupadas muchas de esas plantas.