Página:Visión de paz (1915).pdf/80

a, El-Aksa. He aquí un resumen de su historia, conservada en las crónicas de Moudjir-ed-Dine. Se veneró siempre aquel sitio donde Anna y Simeón, después de un silencio casi secular, re- bosante de un solo deseo, reconocieron al Niño. La Virgen, aunque no necesitaba de la purifica- ción vulgar, vino a cumplir con la ley del Se- ñor. Todo primogénito debía de presentarse al templo, para el sacrificio de dos tórtolas : los ricos sacrificaban un cordero. Apenas Simeón y Anna divisaron a Jesús, le tomaron en brazos; y el anciano bendijo a Dios, diciendo : «Ahora, Señor, despides a tu siervo según tu palabra, en paz: porque han visto mis ojos tu salud». Más tarde Justiniano levantó una basílica. Omar, después de purificar la iglesia de Santa María, la dedicó a Alá bajo el nombre de El- Aksa. El califa Melek cubrió sus puertas de plata y oro, tan pródigamente, que, como la derribase un terremoto y no tuviese dinero, El- Mousour, al reedificarla, acuñó moneda con sus metales. Otro califa, El-Mahadí, modificó sus proporciones. En tiempo de los Cruzados fué palacio real, y Baudouin 1 la dió a los Templa- rios. Por último, Salah-el-Dine, al tomar a Je-