Página:Visión de paz (1915).pdf/282

Esta página no ha sido corregida

— 278 — ficado»... Así, repitió la fórmula, que había añadido hermosura al encanto de la montaña ; y que Santo Tomás, siguiendo a San Agustín, iba a declarar en su Summa, la plegaria per- fecta.

En el lugar de la escena se levanta un claus- tro gótico, abierto a un jardín, donde el ro- mero perfuma. En los bloques murales, la ora- ción dominical escrita en todas las lenguas del mundo, aparece como para atraer a todos los hombres de la tierra. ¡ Piedras de los montes y de los templos, decimos una vez más, piedras de los valles y de los ríos, piedras inmortales, pie- dras de la Palestina ; no es menester que se os anime con el verbo ígneo de Bossuet; ni que se lustre en vuestros cantos la espada de Godo- fredo : basta sentir el deseo de lágrimas de los humildes, y vuestras durezas ofrecen materna- les blanduras, y vuestras frialdades calor divi- no! A las piedras de las regiones bíblicas, se mezcla el encanto de sus corrientes. Ved en el centro, parlera, una como línea de manantial. Se saluda el agua ; se bendice el agua ; elemen- to que encierra la ardiente fecundidad en la gra- fa de su vida. Toda agua es un milagro siendo un misterio, y más que las de otras comarcas,