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e 10): dirles gracia: y las viñas, secas, surgen como arañas gigantescas de un cenicero. En la proxi- midad de la aldea los campos se suavizan obe- dientes a la mano del hombre, que, al pedirles sustento, los viste también de flores. He aquí las primeras construcciones, y más allá el núcleo pintoresco de la población. Estamos en lo alto de la cuesta. El erial se aleja, la vegetación se entreteje, los trigos verdean, y las viñas se mul- tiplican : diríase que los nietos de los pastores de la Navidad, poseen el arte de hacer sonreir a la tierra. Desde el tiempo antiguo Bethleem significa «casa del pan» : y viendo a la ciudad así rodeada, su nombre en la estéril Judea suena como un simbólico canto.
vIsióN.—Q
