== de San Agustín, y la de todos los Santos Padres, concuerda con la de Orígenes.
Esta es la real, proclamando las ideales nup- cias de Cristo y de su Iglesia, como Israel pro- clamara las de Jehová y la Sinagoga. El doctor judío Aben-Ezra, observa juiciosamente : «Le- jos, bien lejos de nosotros, el pensamiento de ver en el Cántico de los Cánticos, el amor car- nal. Si no brillase de una manera figurada, y”su dignidad no fuese grande, jamás se le hubiera recibido en el cuerpo de los libros sagrados». El poema, en tanto, Cantar de los Cantares, siguiendo su hebraísmo, como se dice, Dios de los dioses, Rey de los reyes, Cielo de los cielos, vive con su hermosura terrena, y con su sello divino, inmortal sobre las controversias huma- nas. Y no es todo. Se le quita a Salomón la pa- ternidad porque resulta de un año y no de otro, debido a la introducción de tal palabra. Esto nos hace recordar, que alguna vez, en París, se discutía la cuna del vocablo escalabreux, usado por Chateaubriand. Corrieron ríos de tinta, in- tervino eficazmente nuestro amigo el maestro Groussac, que tenía la llave del problema, y Sarcey no se dió por convencido. Si eso sucede hoy, quisiéramos saber cómo sobre tiempos casi
