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112 — Virgilio.

ministros del Emperador, los más grandes magnates de la corte, Mesala, Polion, Lolio, Varo. Él fué, en union con Vario, quien presentó á Horacio en casa de Mecénas, y logró, no sin trabajo, vencer el desvío con que naturalmente debia mirarle el poderoso privado de Augusto al soldado vencido en Filipos, que al poco tiempo llegó á ser, sin embargo, el más querido de sus amigos.

Todos los biógrafos de Virgilio refieren el hecho, verdaderamente interesante y poético, que un célebre pintor moderno frances, M. Ingres, ha consignado en uno de sus más bellos cuadros. Deseoso Augusto de conocer algunos trozos de la Eneida, cuando aún no tenía el poeta concluidos más que los seis primeros libros, obtuvo de él, á fuerza de ruegos, que le leyese en presencia de su hermana Octavia y de algunos de sus más íntimos amigos los libros II, IV y VI; y al llegar en este al ternísimo episodio de la muerte de Marcelo, fué tal la impresion que produjo en la madre del malogrado mancebo, que le causó un congojoso desmayo, del que vuelta en sí, mandó, en señal de gratitud y admiracion, dar al poeta diez sextercios por cada uno de los treinta y dos versos de que consta; suma cuantiosa para aquellos tiempos, pues ascendia próximamente á unos tres mil duros de nuestra moneda actual.

Dejo sucintamente relatados todos los hechos referentes á la vida de Virgilio que constan de una manera algun tanto auténtica, ya por testimonio fidedigno de sus contemporáneos, ya por relaciones no muy posteriores á la época en que vivió para gloria eterna de las letras latinas. Entrar ahora á referir todas las anécdotas dudosas, ó mejor dicho, todas las consejas, más ó ménos acreditadas, de que ha sido objeto este celebérrimo escritor, sería inacabable tarea. En todos tiempos la imaginacion de los pueblos se ha complacido en pintar con extraordinarios colores las vidas de los hombres extraordinarios, y Virgilio, el gran Virgilio, el poeta antiguo más popular durante la Edad Media, no podia ser excepcion á esta regla general.

Léjos de eso, de ninguno se han divulgado más fábulas en el mundo. Esas fábulas empiezan desde ántes de su nacimiento, y le siguen aun mucho después de su muerte: las más arrancan de tal ó cual aserto injustificado de Donato, cuyo texto, como ya he dicho, lleno de evidentes intercalaciones, merece poca confianza. A la categoría de las ficciones poéticas con que el entusiasmo de sus apasionados quiso engalanar la memoria del cantor de Eneas,