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W. E. RETANA

condición, cauteloso, reservado; y aun en los asuntos en que, por efecto de la impresión momentánea, debiera sentirse inclinado á dar rienda suelta al pensamiento, tenía un gran dominio sobre sí (que le contenía), hijo de su aplomo, impropio de sus años. Nótese que apuntaba los hechos; que rara vez los comentaba, y, de hacerlo, hacíalo con verdadera sobriedad. Las siguientes notas, trasladadas con la más exquisita precisión, aun en los detalles ortográficos, son de un valor inapreciable para conocer la psicología del joven tagalo, que las escribía cuando aun no había cumplido los veintitrés años (de Enero á Junio de 1884). Por lo demás, no croemos que sea indiscreto publicar este diario, puesto que corre como cosa bien sabida que los hombres que pasan á la Historia no tienen vida privada[1].


[Madrid, 1884.]

1.º de Enero.

  Tengo en valor nominal ........................................................................................................................................................................................................
Ptas. 617,15

Anoche nos reunimos en el Rest. de Madrid tres Paternos, dos Esquiveles, Figueroa, Villanueva, Jugo, Graciano [López Jaena), J. Llorente, Ev. Aguirre, Laserna, Lete, Ventura, Iriarte, Vidal y yo. Todos brindaron menos Villanueva, que salió antes. Los brindis que mas se distinguieron fueron los de Laserna, A. Paterno, Graciano Lopez, P. Paterno con Valentín. A mí me cupo el honor de despedir al 83 y saludar al 84; no brindé, pero despues hice el resumen de tan brillantes discursos. Laserna leyó un precioso soneto. Cenamos á las 12 y ¼ concluimos á las tres. — El día ha transcurrido casi sin incidente alguno; Lete fué á la noche á casa de E. P. en donde pasaron el dia Villanueva y Figueroa. Estoy leyendo por ahora Bug-Jargal. Se discutió en la calle del Lobo acerca de la policia; yo he decidido no disputar.

2 de Enero.

Hoy ha habido reunion en casa de los Paternos; se reunieron los mismos que en el café de Madrid menos Iriarte, Villanueva y Vidal. Se trató de reconstituir el Círculo[2]; se nombró una comision para ir á hablar


  1. Este diario lo llevaba Rizal en una «Agenda de bufete», como ya queda dicho. De sus herederos pasó á poder del inteligente joven filipino D. Clemente J. Zulueta, juntamente con el cuaderno de Clínica. Hoy ambas piezas pertenecen á la colección del mencionado bibliófilo norteamericano Mr. E. E. Ayer. — El Sr. Zulueta, que prometía mucho, pues que había comenzado á cultivar con grandísimo entusiasmo la historia y la bibliografía filipinas, murió á poco de regresar á Manila (Septiembre de 1904), donde su muerte causó verdadero duelo. Lo mismo en Madrid que en Sevilla y Londres hizo una brillante campaña de investigación histórica. Fué uno de los más ardientes admiradores de Rizal.
  2. En 1882 se había fundado en Madrid el Circulo á que alude, el cual se llamó Círculo Hispano-Filipino. Tuvo órgano en la Prensa, con el título: «Revista del Circulo Hispano-Filipino», que dió pocos números. El alma de aquella publicación puede decirse que lo fué D. Juan Atayde,