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VIDA Y ESCRITOS DEL DR. RIZAL

la plaza de Manila á los americanos, triunfantes los revolucionarios «exhumaron los restos, y en procesión fúnebre [fueron] conducidos á la casa de la familia en Binondo»[1], la cual los conserva. Los restos fueron depositados en una urna hecha con maderas finas del país por el afamado tallista tagalo D. Romualdo Teodoro de Jesús. El cráneo de Rizal se conserva perfectamente; no tiene la más pequeña rozadura. (Véanse las láminas 14 y 15.)


JOSEFINA


En capilla Rizal, é inmediatamente después de casados, Josefina dijo á su marido: —«¡Pídeme un imposible!» —Á lo que Rizal le contestó: —«Sólo te pido que me acompañes hasta el último momento.» —Josefina asistió á la ejecución. Mas al ver que, caliente aún el cadáver de en infortunado esposo, caían sobre él, dichos por frailes principalmente, dicterios á granel, entre ellos: «¡Muera el traidor!», resolvió trasladarse al campo insurrecto, como lo hizo, y allí solicitó de Aguinaldo, Jefe de los rebeldes, el mando de una partida. «En el primer encuentro, ella cayó del caballo, dándosela por muerta, y de esta manera pudo librarse de caer prisionera. En la segunda jornada, cayó prisionera; y por indicación de Polavieja se desterró voluntariamente á Hong-Kong. En Hong-Kong se encontró con Vicente Abad, filipino, hermano de mi informante[2], con quien se casó en segundas nupcias. Ella se creía con derecho á participar del dinero pagado por Primo de Rivera á Aguinaldo, y se lo negaron; y por esta negativa, ella y su marido, pero más ella que su marido, se revolvieron contra la Revolución… Ella murió en Marzo de 1903, de tuberculosis laríngea… Él (Vicente Abad) murió en Agosto siguiente, de una cosa parecida… El informante añade que, á pesar de haberse ella hecho antirrevolucionaria, por disgustos con Aguinaldo, tuvo, no obstante, simpatía por la causa de la Revolución, por respeto á la memoria de Rizal, á quien ella amó entrañablemente, á quien ella debía cuanto era. Hablaba el inglés (su idioma), el castellano (que le enseñó Rizal) y el chino.»


LOS PADRES DE RIZAL


Con fecha 27 de Enero de 1897, dirigieron al juez Sr. Domínguez la siguiente solicitud:

«Señor Juez instructor: —Francisco Rizal Mercado y Teodora Alonso, avecindados en esta capital, padres del difunto José Rizal,


  1. El Renacimiento: Manila, 4 Septiembre 1905.
  2. Voy copiando de una carta particular del Sr. Santos, á mi dirigida, fechada en San Isidro, 13 de Octubre de 1905.