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VIDA Y ESCRITOS DEL DR. RIZAL

logo un Virchow, ni como etnógrafo un Ratzel, ni como filipinista un Blumentritt, ni como historiador un Macaulay, ni como pensador un Nietzsche, ni como naturalista un Buffon, ni como lingüista un Hervás, ni como malayólogo un Kern, ni como filósofo un Descartes, ni como novelista un Zola, ni como literato un Menéndez y Pelayo, ni como escultor un Querol, ni como geógrafo un Reclus, ni como tirador un Pini… Distinguióse en muchas disciplinas; pero en ninguna de ellas alcanzó ese grado supremo que asegura la inmortalidad. Fué patriota; fué mártir del amor á su país. Pero en el caso de Rizal hay otros filipinos; y ¿en qué consiste que Rizal está á miles de codos sobre todos ellos? Sencillamente, en la finura exquisita de su espíritu, en la nobleza quijotesca de su corazón, en su psicología toda, romántica, soñadora, buena, adorable; psicología que sintetizó todos los sentimientos y aspiraciones de un pueblo que sufría, viéndose victima de un régimen oprobioso… El espíritu de la Revolución tagala se juzga por este solo hecho: Fué, como es sabido, el brazo armado de aquel movimiento Andrés Bonifacio; hé ahí el hombre que dió el primer grito contra la tiranía, el que acaudilló las primeras huestes, el que murió en la brecha… Y á ese hombre apenas se le recuerda; no se le ha erigido ningún monumento; los vates populares no le han cantado… Mientras que á Rizal, enemigo de la Revolución, que calificó de salvaje y deshonrosa, le glorifica el pueblo hasta deificarle… ¿No se ve en esto un pueblo eminentemente espiritual, que tuvo en Rizal un resumen viviente? Todo filipino lleva dentro de sí todo lo más que puede de Rizal[1]; raro es, en cambio, el que lleva dendro de sí algo del demagogo Bonifacio.

La inmortalidad de Rizal está asegurada de cien maneras. Pero como más asegurada está es porque los millones de filipinos de hoy, de mañana y de siempre beben y beberán espíritu de Rizal; no se nutren de otra casa. Sus palabras sirven de lema á los periódicos nacionalistas; su nombre se escribe mil veces todos los días; no se celebra una velada casera en la que no se lea el Último pensamiento, de Rizal; el 30 de Diciembre, el «Rizal Day» hase generalizado hasta el extremo de que en último pueblecillo de las Islas se celebra; en Manila, esta solemnidad reviste cada año mayor importancia, y á ella concurren miembros del Gobierno. Y hay «Escuelas Rizal» por do-


  1. En la poesía Al Mártir Filipino, de Cecilio Apóstol, declamada por el Sr. Abreu en la velada celebrada en Manila el 30 de Diciembre de 1905, publicada en El Renacimiento del 2 de Enero de 1906, léese:

    «Desde que te inmoló la suerte impla,
    hay un Rizal en cada filipino:
    por eso presentimos que algún día
    la redención será nuestro destino.»