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W. E. RETANA

Él sufrió mucho más; á Él le clavaron en la Cruz; á mí me clavarán las balas en la cruz que forman los huesos de la espalda»…

Para los que no conozcan la topografía de Manila y sí la de Madrid, les diremos que Rizal recorrió un trayecto semejante en cierto modo al que aquí representa un trozo del Paseo de la Castellana y Recoletos (este trozo era en Manila el paseo llamado de María Cristina), más el Salón del Prado (cuando era Salón, y no jardín), equivalente en Manila al paseo de la Luneta. Á la derecha, á todo lo largo del trayecto, el mar; á la izquierda, primero, la ciudad murada de Manila; después, y frente á la Luneta precisamente, el fatídico campo de Bagumbayan, «el Gólgota Filipino», donde, en 1872, habían sido agarrotados, y proclamados mártires, los sacerdotes Gómez, Burgos y Zamora, á cuya memoria había dedicado Rizal El Filibusterismo. En ese campo de Bagumbayan se hallaba formado el cuadro, compuesto por «dos compañías del batallón de cazadores expedicionario número 7, una del batallón de cazadores núm. 8, otra del regimiento de línea núm. 70 [de soldados indígenas], y otra del batallón de Voluntarios, al respecto de cien hombres cada una, con bandas y músicas»[1]. Mandaba las fuerzas el comandante de artillería de plaza D. Manuel Gómez Escalante[2], que tenía «nombrado previamente y preparado con las instrucciones necesarias el piquete» que había de fusilar al Reo

Rizal fué conducido «entre una escolta de artilleros, llevando delante y á retaguardia alguna fuerza de caballería, y á los dos lados dos padres jesuítas [Estanislao March y José Vilaclara], á más de su defensor, D. Luis Taviel de Andrade. Rizal marchaba de prisa, animoso y sin afectación ninguna, con naturalidad, y mirando especialmente al lado del mar [á su derecha]. Hablaba con uno de los dos Padres, y en un momento en que el cortejo hubo de disminuir la marcha, para pasar la estrechez que producía la batería llamada del Pastel, me acerqué cuanto pude, y le oí estas palabras:

«—¡Qué hermoso día, Padre! ¡Qué mañana más despejada! ¡Qué claros se ven el Corregidor y los montes de Cavite!… Algunas mañanas como ésta, he venido á pasear por aquí con mi novia [Leonor].


  1. Orden de la plaza de Manila, del 29 de Diciembre de 1896, reproducida por la prensa diaria de aquella capital.
  2. El Sr. Felipe G. Calderón, Profesor de la Escuela de Derecho de Manila, en carta fechada á 15 de Febrero de 1906, nos dice que el comandante D. Manuel Gómez Escalante nació en Filipinas. Su padre era también filipino, de raza española: fué el conocido abogado D. Juan Gómez. Quiso, pues, la Providencia que los que intervinieron en la ejecución de Rizal fuesen todos paisanos suyos: los soldados que dispararon y el Jefe del cuadro. Un caso excepcional, porque en casi todos los demás fusilamientos los ejecutores fuéronlo soldados peninsulares.