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VIDA Y ESCRITOS DEL DR. RIZAL

trucciones del Marqués de Peña Plata; y, como los demás viajeros, pudimos desembarcar, y desembarcamos, Roxas y yo, en Singapore, restituyéndome á bordo por mi propia voluntad…»[1].

Y volviendo al relato de los jesuítas: «Además (dicen) de los Padres mencionados, visitó á Rizal aquella mañana el P. Federico Faura, Director del Observatorio Meteorológico de Manila; y al verle entrar, dijo:—«Padre, ¿se acuerda usted de la última vez que hablamos, y de lo que vuestra reverencia me pronosticó? Ha sido usted profeta: voy á morir en un cadalso.» —El P. Faura, á pesar de haberse afectado sobremanera, estuvo un rato hablando con él.»

Según refiere otro periodista[2], el P. Faura dijo á Rizal:

«—Convéncete[3], Rizal, de que nosotros, los que fuimos tus maestros, somos los únicos que no te han engañado. Arrepiéntete á tiempo. Nosotros te consolaremos. Acuérdate de que cuando estudiabas en nuestra Casa, siempre rezabas ante aquella imagen del Sagrado Corazón que tú tallaste. Pidiéndoselo, ella te salvará.

»Rizal, emocionado, vaciló, y después de permanecer un rato silencioso, dijo al P. Faura que quería confesarse…

»Después operóse en Rizal una extraña reacción. Pidió papel y pluma y se puso á escribir versos. Luego, hablando con los que le rodeaban, dijo:— «Los coloquios con los españoles ilustrados me han hecho filibustero[4], porque me han hecho desear la independencia de mi patria. Cuando estuve en Madrid, los republicanos me decían que las libertades se pedían con balas, y no de rodillas. Verdaderamente, estas ideas depositadas en mi alma son las autoras de mi obra; mi único pecado es el de la soberbia: he creído hacer algo muy grande sin tener condiciones para ello.» —Hasta el momento de la ejecución ha expuesto sin cesar esta idea fija de que la soberbia es la que le ha perdido. —Dijo también:— «Yo quería para las Islas Filipinas un sistema foral, como el que en España tienen las provincias


  1. Carta inédita de D. Santiago Mataix, citada.
  2. Don Manuel Alhama; su telegrama á El Imparcial, de Madrid, fechado en Manila, 30 Diciembre, 6,45 de la tarde; publicado el 31.
  3. Versión inexacta: el P. Faura no tuteaba á Rizal. —Este P. Faura murió á poco de acaecido el fusilamiento del Doctor. Hase dicho que le impresionó tan hondamente el trágico fin de su ex discípulo, que á consecuencia de ello se le precipitó el término de una antigua dolencia. El P. Faura, un sabio de reputación europea, había sentido siempre un gran amor por Rizal, á quien consideraba como el hombre de mayor genio de cuantos habían estudiado en el Ateneo de Manila.
  4. Entiéndase que Rizal no empleó este vocablo como sinónimo de separatista, sino en la acepción corriente en Filipinas de desafecto radical al régimen triunfante en la Colonia. Es digno de notarse que las hemos perdido sin que la Academia Española haya definido debidamente la palabra filibustero en sus acepciones más usuales.