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VIDA Y ESCRITOS DEL DR. RIZAL

intelectual[1]. Y sin embargo, Rizal ha sido el Verbo del Filibusterismo [el Verbo de la dignificación de su raza], el más inteligente director de los separatistas [!], el ídolo, en fin, de la muchedumbre ignorante y aun de personajes incultos, que han visto en el agitador perpetuo [?] un sér sobrenatural á quien apellidan Supremo.

»Rizal es el organizador de la Liga Filipina; el autor de sus Estatutos; el Presidente y orador de la reunión celebrada en casa de Doroteo Ong-junco [¡en Junio de 1892!], en la cual alentó á los concurrentes para agruparse organizados y trabajar unidos en persecución de la libertad [] y de la Independencia [no] filipina; el que en Dapitan recibía emisarios [hablen Pablo Mercado y Pio Valenzuela] que solicitaban sus instrucciones y concurso [que él les «brindaba» llamándoles insensatos], participándole que el pueblo se preparaba á la rebelión, cual á un soberano [¿por qué no le obedecían, si por tal le tenían?] se dieran noticias relativas á la situación y aspiraciones de sus súbditos; el que, en verdad, rechazaba [¡ah!] la insurrección, pero no por criminal [así la calificó, de palabra y por escrito], sino por prematura y de éxito inseguro por carencia de elementos precisos para la lucha[2]; el que, finalmente, en escritos presentados durante la sustanciación de esta causa y unidos á la misma, declara, reconociéndose implícitamente [?] Jefe de los enemigos de España, que el movimiento revolucionario se ha fraguado á sus espaldas[3] y es digno de reprobación por los medios que emplea y por lo absurdo que es pensar en el triunfo sin cultura y sin recursos para lograrlo.


    dirigir á sus paisanos. ¿Y se debe juzgar de un escritor por semejantes papeles? —Véanse algunas páginas de Noli me tángere y El Filibusterismo, sobre todo en lo que toca al estilo, desigual, pero pujante, impregnado de poesía, amén de que en esas páginas abundan las ideas… Porque eso es lo que hay que pedir al escritor, Sr. Peña: ideas: y Rizal las producía á borbotones.

  1. Sin duda, después de cuatro años de atrofiamiento en Dapitan, donde no tenia apenas libros, ni con quien cambiar ideas elevadas, la energía intelectual de RIZAL experimentó alguna depresión. Sin embar- go, todavia tenia RIZAL, à últimos de 1896, una inteligencia harto más vigorosa que la de muchos que le menospreciaban con mal fingido desdén.
  2. Este fué un nuevo argumento empleado por Rizal para disuadir del todo á los que pretendían sublevarse. Sin duda Rizal debió escribir algo semejante á lo que sigue: —«¡Paisanos!: Sois unos salvajes, haciendo armas contra una nación cuyo régimen de gobierno no merece más que nuestra gratitud. Volveos á vuestras casas y colmad de bendiciones á los frailes, nuestros segundos padres. ¡Viva la Religión! ¡Viva el Gobierno!»— Rizal tenía el valor de sus convicciones, y no podía decir eso. Pero es que, aun habiéndolo dicho, le habrían fusilado… ¡por fundador de la Liga Filipina!
  3. De suerte que si yo digo que tal ó cual motín se ha realizado á mis espaldas, ¡declaro implícitamente que soy el jefe de los amotinados! Hé aquí una lógica fiscal que nos parece estupenda.