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VIDA Y ESCRITOS DEL DR. RIZAL

»En su virtud, falla: que debe condenar y condena al referido Don José Rizal á la pena de muerte, y en caso de indulto, llevará consigo, caso de no remitirse especialmente, las accesorias de inhabilitación absoluta perpetua y sujeción de aquél á la vigilancia de la autoridad por el tiempo de su vida, debiendo satisfacer en concepto de indemnización al Estado la cantidad de cien mil pesos, con la obligación de transmitirse la satisfacción de esta indemnización á los herederos, todo con arreglo á los artículos 188, núm. 2, en relación con el número 1 del 189, y 230 en relación con el 229, núm. 1; 11, 53, 63, 80, 89, 119, 188, núm. 2; 189, núm. 1; 229, núm. 1; 230; 123, en relación con el 119, núm. 3, y 122 y demás de general aplicación del Código penal.

»Así lo pronuncia y manda el Consejo de guerra ordinario de plaza, firmándolo el Presidente y Vocales del mismo. — José Togores. — Braulio Rodríguez Núñez. — Ricardo Muñoz. — Fermín Pérez Rodríguez. — Manuel Reguera. — Manuel Díaz Escribano. — Santiago Izquierdo

El mismo día 26 fué entregada la causa al Capitán general; y Polavieja decretó en el acto que pasase á dictamen del Auditor general. Y éste, D. Nicolás de la Peña, dijo:

«Excmo. Sr.: —Entre las numerosas causas á que ha dado origen el movimiento insurreccional que estalló en esta isla á fines del pasado Agosto, ninguna como la presente solicitará la pública atención, ni adquirirá resonancia más justificada[1].

»Como único procesado figura en esta pieza separada, deducida de la causa matriz que se instruye por rebelión y asociaciones ilícitas, D. José Rizal y Mercado Alonso, natural de Calamba (provincia de la Laguna), de treinta y cinco años de edad, soltero, mestizo-chino [!], á quien halagos de la suerte elevaron en pasados días á ídolo de desleales bullangueros y reveses de fortuna conducen á la muerte sin gloria y sin honor[2]; porque Rizal, estudiante por su profesión de las Ciencias naturales y de las físico-químicas[3], laborioso


  1. En efecto: han pasado diez años, y sigue resonando.
  2. ¿Qué quiere decir el Fiscal? ¿Cómo se muere con gloria y con honor? ¿Defendiendo, con las armas en la mano, la causa de la Madre patria? Pues á eso aspiraba Rizal en Cuba. ¿Quiso decir que defendiendo, con las armas en la mano, la causa de la Revolución? —En este caso, Rizal habría sido un separatista de acción, y precisamente Rizal abominaba de los que lo eran; les llamó «salvajes».
  3. El Fiscal, por no caer en la vulgaridad (debió de parecerle vulgaridad) de llamar Doctor en Medicina á Rizal, le hace estudiante de otras facultades que nada tienen que ver con aquélla, siquiera Rizal las estudiara como mero aficionado, en su deseo de saber de todo, como lo acreditan sus escritos y su biblioteca.