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W. E. RETANA

Rizal. Preguntado éste si tenía algo que decir, leyó el contenido del siguiente escrito, que el Presidente dispuso que se uniera á la causa:


«ADICIONES Á MI DEFENSA

«Don José Rizal y Alonso suplica respetuosamente al Consejo tenga á bien considerar las circunstancias siguientes:

»Primera. Respecto á la rebelión. Desde el 6 de Julio de 1892 no me he ocupado en absoluto en política hasta el 1.º de Julio de este año, en que, avisado por D. Pio Valenzuela de que se intentaba un levantamiento, aconsejé lo contrario, tratando de convencerle con razones. D. Pio Valenzuela se separó de mí convencido al parecer; tanto, que en vez de tomar parte después en la rebelión, se presentó á indulto á las Autoridades.

»Segunda. En prueba de que no mantenía ninguna relación política con nadie y que es falso lo que alguno dijo de haber enviado cartas por conducto de mi familia, es, que han tenido necesidad de enviar á D. Pío Valenzuela bajo un nombre supuesto, con grandes gastos, cuando en el mismo vapor iban cinco miembros de mi familia y dos criados además. Si fuera cierto lo que pretenden, ¿qué necesidad tenía D. Pío de llamar la atención de nadie y exponerse á grandes gastos? Además, el mero hecho de ir el Sr. Valenzuela á avisarme, prueba que yo no estaba en correspondencia, pues si lo estuviera, ya lo debía saber, porque es cosa bastante grave el hacer un levantamiento para que me lo ocultaran. Cuando han dado el paso de enviar al Sr. Valenzuela, prueba de que tenían conciencia de que yo nada sabía; es decir, que no mantenía correspondencia con ellos. Otra prueba negativa, es que no pueden enseñar una carta mía[1].

»Tercera. Han abusado cruelmente de mi nombre y á última hora me han querido sorprender. ¿Por qué no se comunicaron conmigo antes? Dirían tal vez que estaba, si no contento, resignado con mi residencia [destierro], pues había rechazado varias proposiciones que me hicieron muchas personas para sacarme de aquel lugar[2]. Solamente en estos últimos meses, á consecuencia de ciertos asuntos do-


  1. En efecto: cuantas diligencias se han hecho por hallar un solo papel político de Rizal posterior á Julio de 1892, han sido infructuosas. Aun los que más le han acusado, no han podido presentarlo. Y recuérdese, finalmente, que en el archivo de Bonifacio, tan rico en papeles patrióticos, entre los cuales había algunos de Rizal, no se halló ninguno de fecha posterior a la indicada. —Véase la nota 442.
  2. Desde que Rizal fué deportado, convirtióse en pesadilla de sus admiradores el deseo de libertarle, y en dos ocasiones promoviéronse suscripciones para conseguirlo: y Rizal, sin embargo, no quiso nunca evadirse, cosa que, como él mismo indica, pudo haber verificado aun sin el auxilio de sus amigos de Luzón.