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VIDA Y ESCRITOS DEL DR. RIZAL

mos columnas en 6 de Enero pasado. —Lo que transcribo para su conocimiento. —Recibe, q∴ h∴ el ósculo de paz que os envían los oobr∴ de este tall∴ —VVall∴ de Manila, 9 de Febrero de 1892 (e∴ v∴). —Panday Pira [Pedro Serrano Laktaw.]

7. Carta de Dimasálang (Rizal) al h∴ Tentuz [Zulueta] feahada en Hong-Kong, á 24 de Mayo de 1892. —(Después de censurar un artículo de Lete en La Solidaridad, que halla ofensivo, y cuya satisfacción la deja al arbitrio del Comité, añade:) «Repito una vez más: no comprendo la razón del ataque, cuanto que yo me dedico ahora á preparar á nuestros paisanos un seguro refugio en caso de persecución (la colonia agrícola de Borneo Norte) y á escribir algunas obras de propaganda, que dentro de poco saldrán á luz. El artículo además es altamente impolítico y perjudicial para Filipinas. ¿Por qué decir que lo primero que necesitamos es tener dinero? Lo sabido se calla y no se lava la ropa en público. —Saludo fraternalmente á todos. —Suyo afmo. —Dimasalang

8. Carta de Dimasálang (Rizal) al Comité de…?, fechada en Hong-Kong, 1.º de Junio de 1892. —«Queridos hermanos. (Trata del establecimiento de una colonia agrícola en el Norte de Borneo, y concluye:) «Sin más, espero que ese Comité nos secundará en esta patriótica obra, como él la llama. —Su h∴ —Dimasalang

9. Anónimo y sin fecha. (¿Mediados de Julio de 1892?) —«¡Qué iniquidad! —Sr. Director del periódico Hong-Kong Telegraph. —Muy señor mío. —Por decreto de la superior Autoridad del Archipiélago Filipino…» (Censura el destierro de Rizal, que acababa de decretar el general Despujol.)

10. Carta de Ildefonso Laurel, fechada en Manila, á 3 de Septiembre de 1892. (Dudamos que el original llegase oportunamente á su destino.) —«Sr. D. José Rizal. Dapitan. —Querido amigo y paisano. A mi llegada en ésta, desde la bahía he sabido la triste desgracia que le ha sucedido. Su padre, en una noche que estuve de visita en su casa, me ha dado la noticia de que dentro de poco será Vd. indultado. ¡Cuánto nos alegraríamos fuese verdad esta noticia! El estado de ánimo del pueblo se encuentra latente, y siempre en espera de Vd., como á su redentor y salvador. —No dude Vd. de la fidelidad de sus paisanos, pues todos lloran con Vd. la traición de que ha sido Vd. victima[1] y todos están dispuestos á sacrificar su sangre por la salvación y por la de nuestra patria. Todos le saludan por medio de


  1. Una prueba más, elocuentísima, de que el pueblo filipino estaba íntimamente persuadido de la inocencia de Rizal; que fué una superchería la que sirvió de pretexto para deportarle.