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VIDA Y ESCRITOS DEL DR. RIZAL

lipinas, la habría conseguido fácilmente; y, sin embargo, no pensó en contraer matrimonio, indudablemente por no causar la desgracia de su familia en el funesto fin que él entreviera, y sólo in artículo mortis se casó con una extranjera que había sido su amante, y así patentizó que no odiaba á la raza blanca, como pretendieran sus enemigos los frailes, que están muy interesados en hacer creer que los insurrectos no odian á ellos precisamente, sino á toda la raza blanca, lo cual es una calumnia como otra cualquiera de las que ellos suelen inventar para conseguir sus fines»[1].

Por Febrero de 1895, un inglés llamado Mr. Stopper[2], entrado en años y rico, radicado en Hong-Kong desde hacía mucho tiempo, ciego ó casi ciego á causa de una doble catarata, se trasladó á Dapitan con el propósito de ponerse en manos del Dr. Rizal, cuya fama como oculista era notoria en todo el Extremo Oriente. Al inglés acompañábale, en concepto de sobrina (fingida), miss Josefina Bracken, irlandesa, joven (de unos diez y nueve á veinte años), delgada, de mediana estatura, pelicastaña; ojos azules; vestía con elegante sencillez, y de su ambiente transcendía cierto sprit picaresco, propio de la mujer avezada al trato de los hombres. Ella, según dicen, había actuado en un café-concierto de Hong-Kong, de donde la sacó Mr. Stopper, que, si entonces no estaba ciego completamente de la vista, debió de estarlo de amor… Tal confianza llegó á depositar en la muchacha, que ella era la que firmaba los talones siempre que su tío necesitaba sacar dinero del Banco. Tío y sobrina instaláronse en un pequeño bahay próximo á la casa de Rizal. La doble catarata que el viejo inglés padecía requería tiempo…

Juntamente con las dos personas mencionadas, fué una tercera: doña Manuela Orlac, filipina, amiga de un canónigo de la Catedral manilana. Rizal no tardó en intimar con la irlandesa, al extremo de que pasaron algunas veladas juntos, y juntos también comieron algunas veces. Pero á pesar de tanta intimidad, el Doctor no acababa de fiarse; habíala tomado por una espía, y no se llevaba bocado á la boca sin que antes lo probase Josefina[3]. Un día ocurrió una escena muy dramática[4]: el inglés, que había llegado á sospechar de la fidelidad de su sobrina, frenético por los celos, intentó suici-


  1. La Sensacional Memoria, ya citada, pág. 68.
  2. El Sr. Santos, en las notas inéditas á mi dedicadas, escribe Mr. Taufer: D. Paciano Rizal, en las suyas, Mr. Stopper. También el Doctor, en una de sus cartas á su madre, da el apellido Taufer á la protegida del inglés, á Josefina.
  3. Epifanio de los Santos: sus apuntes inéditos citados.
  4. Juan Sitges: relato verbal hecho al autor de estos renglones.