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W. E. RETANA

«Pero vuelvo al propósito que me ha movido á tomar la palabra en este debate; el de la profunda llaga que estos sucesos revelan en la población del Archipiélago filipino, y sobre lo cual llamo la atención del Sr. Ministro de Ultramar. Si S. S. no está bien servido en aquellas provincias, si le falta algún resorte en la administración pública, créelo en buen hora, pero hace falta que sepa S. S. de qué manera pertinaz se viene haciendo allí una propaganda antiespañola y anticatólica desde hace muchos años. Muy recientemente, un indígena cuyo nombre sé, doctor en medicina por la Universidad de Madrid, que dice ser íntimo amigo del Príncipe de Bismarck, y haber ganado una cátedra de medicina en una Universidad de Alemania, se ha presentado allí é introducido un libro que llama novela con el título de «Noli me tángere»[1].

»Esta novela es una predicación anticatólica, protestante, socialista, proudhoniana, en que se dice á los indios que las haciendas poseídas por las Órdenes religiosas son usurpaciones de sus propiedades, y que antes de un año les serán arrebatadas esas propiedades á las órdenes religiosas. Ese libro, tal vez no lo sepa S. S., ha sido censurado por la Universidad de Manila, y en las márgenes de uno de los ejemplares están señaladas esas censuras; y, sin embargo, ese libro circula entre los indios y se vende ó se regala á quien se presenta con la contraseña de cierta persona, que tampoco quiero nombrar. Vea S. S. si todas estas cosas son graves é importantes»[2].

El Sr. Vida no conocía la novela de Rizal; conocía únicamente el dictamen de los dominicos de la Universidad manilense. En cuanto al señor ministro de Ultramar, el ilustre poeta Balaguer, respondió como pudo, aunque declarando, ¡eso sí!, que no había leído el libro de que hablaba el Sr. Vida. Si el Sr. Vida lo hubiera leído, habría visto que en sus páginas hay argumentos para todos los gustos, algunos de ellos eminentemente españoles, de los que sacó no poco partido el escritor tagalo D. Marcelo H. del Pilar, para defender, como lo hizo, á Rizal y su obra, en una serie de artículos insertos en La Publicidad, de Barcelona, y reproducidos luego, por vía de apéndice, en el folleto de Blumentritt que queda registrado. ¡Calcúlese lo que Rizal se crecería al ver la importancia que á su novela se daba!… ¿Qué más podía apetecer un propagandista incipiente?… Por si esto era poco, otro general, D. Luis M. de Pando, habló también del libro


  1. El Prof. Blumentritt, en su folleto El «Noli me tángere de Rizal» (Barcelona, Imp. Ibérica de Francisco Fossas, 1889), toma en consideración estas palabras de Vida, y se ríe mucho de nuestro celoso senador por sus buenas tragaderas, pues que daba por seguras patranas inventadas en Manila por los enemigos de Rizal.
  2. Diario de las Sesiones de Cortes. Senado. 11 de Junio de 1888.