SEGUNDA PARTE VIAJE A LOS SEVARAMBOS
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EL AUTOR PARTE DE SPORUNDA CON SUS COMPAÑEROS, Y LLEGAN A LAS MONTAÑAS. DESCRIPCIÓN DE SU RUTA. ENCUENTRAN BESTIAS FEROCES, Y GULLIVER SE VE EN UN INMENSO RIESGO.
Habicndo llegado al pie de las montañas que sirven de frontera a los sevarambos, descansamos tres días en Cola que en sevarambo significa vista deliciosa. Tres ríos, llamados Banon, Carú y Silkar, riegan el territorio, cuya fertilidad, a una vara de la cumbre de las montañas, excede a cuanto puede imaginarse.
El labrador recoge cuatro cosechas en cada año, porque nunca falta a la tierra ni humedad ni calor, y esto sucede en todo el reino. No hay país tan hermoso, ni aire tan puro en el resto del universo. En una palabra, no se distinguen alli tanto las estaciones por el rigor del calor o el frío, como por la cercanía o alejamiento del sol.
Claro está que no nos hallaríamos muy descon tentos en un paraje semejante, pero el principal motivo de nuestra detención en Cola era que Sermodas tenía allí bastantes amigos, especialmente una señora, que era la que le hacía alargar el plazo. Sin embargo, sus satisfacciones no le desviaban de nuestra atención nos proporcionaba toda la diversión posible, y encargó que nos enseñasen sus magníficas ca-
