Página:Viajes de Gulliver (1914).pdf/26

Esta página no ha sido corregida
— 25 —

tancia luminosa. Aplicamos el oído a dicha máquina, y oímos un ruido continuo, poco menos que en nuestros molinos de agua. Juzgamos que esto no puede ser otra cosa que algún animal desconocido, o la deidad que él adora; pero nos inclinamos más a esto último, porque nos aseguró (si es que pudimos entenderle, pues se explica muy imperfectamente) que rara vez hacía alguna cosa sin consultarle primero: llamábale su oráculo, y decía que le señalaba el tiempo para cada acción de su vida. Del secreto colateral sacó una red capaz de poder servir a un pescador, con sola la diferencia de que se abría y se cerraba; dentro de ella encontramos diferentes piezas macizas de un metal amarillo, que si son de verdadero oro, su valor será inestimable.

»Después de registradas sus faltriqueras con toda escrupulosidad, en cumplimiento de las órdenes de Vuestra Majestad, reconocimos también una faja que tenía alrededor de su cuerpo, la cual parece de la piel de algún animal exquisito, y pendía de ella al lado izquierdo una espada de largo de seis hombres. Al lado derecho tenía una bolsa o faltriquera con dos senos, capaz cada uno de encerrar en sí tres robustos vasallos de Vuestra Majestad. En uno de ellos había muchos globos o balas de un metal muy pesado, casi tan gordas como nuestra cabeza, de suerte que para levantarlas es uenester mucha fuerza.

»Esto es cuanto resulta de la visita que nosotros los comisarios hemos hecho al dicho hombre montaña, e inventario practicado en su consecuencia, ha biéndonos recibido con toda la urbanidad y respeto correspondiente a la comisión de Vuestra Majestad.

Firmado y sellado el cuarto día de la luna ochenta y nueve del muy feliz reinado de Vuestra Majestad.

»Flessen Frelok.—Marsi Frelok.»


Leído que fué en presencia del emperador, me