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hous, obligado a pasar con ellos el resto de mis días y expuesto a recaer en mis antiguos defectos; que bien sabía que las razones que habían determinado a los señores houyhnhnms eran demasiado sólidas para atreverme a objetarles las de un miserable yahou como yo y así aceptaba la apreciable oferta de sus criados con cuya ayuda iba a emprender la construcción del barco, suplicándole me concediese un cierto término proporcionado a la dificultad de una obra que había de responder de mi vida desdichada: y que si volviese algún día a Inglaterra, trataría de hacerme útil a mis compatriotas, poniéndoles delante el diseño de las virtudes de los ilustres houyhnhnms para espejo de todo el género humano.

- Su Honor me contestó en pocas palabras que me concedía dos meses; y habiéndole también insinuado que me bastaba la ayuda del alazán mi camarada (pues me es permitido darle este título ahora) por constarme el buen afecto que le debía, le mandó al nismo tiempo que observase mis instrucciones.

Lo primero que hice fué salir hacia la parte de la costa donde había abordado, y corriendo la vista desde una altura por aquellas vastos espacios de las aguas me pareció descubrir al Nordeste una pequeña isla, que el telescopio me hizo conocer más claramente, y calculé que podría distar unas cinco leguas. Al buen alazán, como no había visto más tierra que donde había nacido, se le figuraba una nube; pero yo, que acostumbrado toda mi vida a este elemento, tenía mejor ojo para distinguir sobre él los objetos, no dudé y resolví dirigirme a ella.

Volvimos a casa, consulté el proyecto con mi alazán y en seguida pasamos a un bosque poco distante, donde yo con mi cuchillo y él con un guijarro cortante muy diestramente engastado en su mango, tumbamos la madera necesaria. Para no cansar al lector con el diario de nuestra maniobra, bastará de-