Página:Viajes de Gulliver (1914).pdf/238

Esta página no ha sido corregida
— 237 —

gos que troto como un caballo: que cuando hablo y me río parece que relincho. Todos los días me gastan bromas acerca de esto, aunque nunca me enojo.

En aquel estado feliz, cuando mejor gustaba las dulzuras de un completo reposo, que me creía tranquilo por todo el resto de mi vida, y en la disposición más agradable y digna de envidia, un día me mandó llamar mi amo más temprano de lo ordinario. Luego que me presenté advertí en él una seriedad que no acostumbraba, y un desasosicgo que le embarazaba para hablarme. Pasado un rato on melancólico silencio, prorrumpió en este discurso: -No sé, hijo mío, cómo tomaréis lo que voy a deciros. Sabed que en la última junta de la asamblea, con ocasión del asunto de los yahous que salió del despacho, un diputado dijo que era indecente y vergonzoso que tuviese en mi casa a un yahou, tratándole como si fuese un houyhnhnm: que me había visto conversar con él tan lleno do satisfacción como si estuviera con uno de mis semejantes, y que éste era un proceder contrario a la razón y a la Naturaleza, sin ejemplo en nuestra comarca. En su consecuencia, me ha exhortado la asamblea a una de dos cosas: o que os ponga con los demás yahous que van a castrar el primer día, o que os destierre al país de donde vinisteis. La mayor parte de individuos que conocéis, y que os han visto en mi casa o en la suya, han resistido la alternativa con estos yahous, como injusta y escandalosa, respecto de que gozáis algún principio de razón; a más de que sería de temer que partiéndola con ellos se hiciesen quizá peores, o que se sublevasen, y tomándoos por caudillo se retirasen a los montes y algún día nos sorprendiesen para desgarrarnos y destruirnos. El acuerdo ha sido tomado por mayoría de votos, de suerte que mo veo exhortado a despediros inmediatamente, con tanta ejecución como que no puedo dilatarlo de este día. Os aconsejo,