Página:Viajes de Gulliver (1914).pdf/211

Esta página no ha sido corregida
— 210 —

Iba a proseguir y hacer alguna otra bella descripción, cuando Su Honor me mandó que callase.

-El natural del yahou-me dijo-es tan perverso que ya no encuentro dificultad en creer que cuanto acabáis de contarme sea posible, desde que supusisteis en él una fuerza y una industria igual a su perversidad y malicia. Por mucha idea que antes tuviese de la maldad de este animal, no se acercaba siquiera a la que ahora me habéis dado. Vnestra narración turba mi espíritu y me arrastra a una situación en que jamás me he visto. Recelo que mis sentidos, intimidados de las horribles imágenes que le habéis trazado, lleguen poco a poco a acostumbrarse a ellas.

Aborrezco a los yahous de este país; mas ya les perdono todas sus cualidades odiosas, pues que la Naturaleza los ha hecho tales que carecen de razón para corregirse y gobernarsc.; Que una criatura que se lisonjea de poseer esta razón como propia, sea capaz de cometer acciones tan detestables y de entregarse a excesos tan horribles! No puedo comprender cómo sea, al mismo tiempo que me convence de que el estado de los brutos es aún preferible a una razón corrompida y depravada. Pero, ¿vuestra razón es, en efecto, una verdadera razón? No será más bien un talento que la Naturaleza os ha dado para perfeccionar vuestros vicios? Demasiado me habéis dicho en orden a eso que llamáis la guerra: pasemos a otro tema que interesa mi curiosidad. Creo haberos oído que en esa tropa de yahous que os acompañaba en el buque había miserables a quienes los procesos habían arruinado y despojado de todo, y que era la ley la que los había puesto en tan triste estado. ¿Cómo puede ser que la ley produzca semejantes efectos? Ådemás, a qué csa ley? & Vuestro natural y vuestra razón no os bastan, no os prescriben con bastante claridad lo que debéis hacer y lo que no debéis hacer?

Respondí a Su Honor que no estaba suficiente-