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I, que no es no es obrar según la intención de la Naturaleza, es abusar de la palabra, hablar sin hablar; porque si hablar es hacer entender lo que se piensa, cuando hacéis aquello que llamáis mentir, me hacéis entender lo que no pensáis, me decís lo que no es, en vez de decirme lo que es; luego no habláis entonces, sino es abrir la boca para despedir unos sonidos vanos, y cuando esperaba salir de mi ignorancia, me la aumentáis. Tal es la idea de los houyhnhnms sobre la facultad de mentir que poseemos los humanos en un grado tan perfecto y eminente.

Pero, volviendo a nuestra conversación pendiente, ¡cuál fué la sorpresa de mi amo al oir que los yahous eran en mi patria los animales dominantes y maestros Preguntóme si teníamos houyhnhnms, y qué destino u ocupación les dábainos. Le dije que teniamos un gran número de ellos, que en lo que duraba el verano pacían en los prados, y en entrando el invierno estaban recogidos en casa al cuidado de ciertos yahous que los peinaban, les limpiaban la piel, les lavaban los pies y les deban de comer y beber.

-Ya os entiendo-me contestó entonces; es decir, en suma, que aunque vuestros yahous blasonan de poseer alguna corta razón, los houyhnhnms son siempre los amos como aquí. ¡Ojalá que nuestros yahous fuesen siquiera tan dóciles y buenos criados!

Pero continuad, que me dais gusto.

Volví a suplicar a Su Honor que me dispensase, porque no podía referir el resto sin faltar a las leyes de la prudencia, moderación y buena política.

-Quiero saberlo todo--me repitió;--proseguid y no temáis que reciba pesadumbre.

-Pues así lo queréis-continné, a mí me toca obedecer. Los houyhnhnms, que nosotros llamamos caballos, son unos animales muy hermosos y muy nobles, igualmente vigorosos que ligeros en la carrera.

Los que están en casas de la primera distinción no