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Al principio confieso que para mí era un manjar bastante insípido, aunque en algunos puntos de Europa sea de un uso común; pero con el tiempo me acostumbré a él, y, como estaba habituado a trabajos, no fué ésta la primera vez que experimenté cuán poco es menester para contentar las necesidades de la Naturaleza, y que el cuerpo se habitúa a todo : debiendo notar aquí también que mientras residí en aquel país no tuve la menor alteración en mi salud.

De cuando en cuando salía a cazar pájaros y conejos con lazos que armaba de pelos de yahou: otras veces tamaba hierbas y las cocía o hacía ensalada, y para extraordinario batía manteca. Lo que sí echaba de menos en los primeros días era la sal, hasta que me acostumbré a pasarme sin ella, tanto que rue costó trabajo volver a ella cuando dejé aquel país, y ahora conozco que su uso es un efecto de nuestra intemperancia introducido solamente para excitarnos a beber; siendo de notar que ningún animal, si no es el hombre, la mezcla en sus comidas.

Baste de alimentos, que si me he extendido demasiado sobre este artículo, ha sido por imitar a la mayor parte de viajeros, los cuales se figuran en sus relaciones que importa mucho al lector saber si han comido bien o mal en sus rutas. Además, que aqui he creído no debía omitirse, porque de otro modo se dudaría cómo había podido subsistir tres años en tal país y entre tales habitantes.

Al anochecer mandó el caballo-amo destinarme cuarto como a seis pasos de la casa, separado del cuartel de los yahous. Hice mi cama con unos haces de paja y los vestidos, y pasé la noche bastante bien, durmiendo con gran tranquilidad, aunque en ade lante me fué todavía mejor, como se verá cuando trate de mi género de vida en aquel país.

GULLIVER,