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linchó hhuum, hhuum. Conoci su intención, y dándole a entender que iba muy cansado, se paró movido de caridad para que descansase.

II

LLEVAN AL AUTOR A CASA DE UN «HOUYHNHNM.DE QUÉ MANERA LE RECIBEN.-CUÁL ERA EL ALIMENTO DE LOS «HOUYHNHNMSD. DIFICULTAD DE ENCONTRARLE PARA SÍ EL AUTOR.

Habiendo caminado cerca de tres millas, llegamos a una casa de madera muy baja, cubierta de paja, a cuya vista principié a sacar de mis faltriqueras los cortos presentes que destinaba para ser bien recibido de sus moradores. El caballo me hizo entrar delante en una gran sala muy limpía, pero sin otro adorno que un pesebre y una gamella. Vi tres caballos enteros con dos yeguas sentados en cuclillas sin comer, y entrando a este tiempo el tordillo dando alegres relinchos, atravesamos juntos otras dos salas al mismo piso. En la última me hizo seña de que aguardase ini introductor, mientras pasaba él a otra inmediata : ceremonia que me sugirió una grande idea de la dignidad de su amo, no pudiendo comprender que una persona de calidad se sirviese de caballos para pajes.

Llegué a sospechar que mis pasadas desdichas me habían turbado el juicio, y que estaba loco: miraba atentamente a todas partes, examinaba la antecámara, que a corta diferencia estaba amueblada como la otra pieza, me desgarraba los ojos a escudriñar prolijamente cuanto me cercaba, y siempre veía una misma cosa. Me pellizqué los brazos, me mordí los labios, me di papirotes en la frente por si aquello era sueño, y como siempre hallaba los mismos objetos, decidí ser todo diablura, y una magia refinada.

Volvió a buscarme ci tordillo, me hizo señal de entrar con él en otra sala, y me presentó a una her-