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Bajamos del primer cerro, para subir al grande, y al comenzar a subir nos paramos un poco para descansar; solo un Yndio [1] propasó para tener mas adelantado. No se encontraba agua para beber, la noche ya estaba cerca, y por no exponernos a

    señales a la distancia; los fuertes vientos i la sequedad relativa de los terrenos i bosques hacen que estos fuegos se propaguen con suma rapidez.

    Sucede aun que los indios de ciertas comarcas prenden fuego a los bosques i pastos con otro fin deliberado. Cárlos von der Steinen, un moderno autor aleman, relata que los Bakhiris i otras tribus independientes del Brasil incendian los campos para cazar los animales, que caen por este procedimiento en su poder asados i listos para el consumo. No sabemos si los indios de la Patagonia hacen lo mismo; es fácil que sea así, porque los compañeros de Menendez hallaron un venado asado por el fuego en esta misma parte incendiada.

    Ni Menendez ni Vidal Gormaz notaron quemazones en la rejion fragosa del Vodudahue; nosotros no los encontramos entre los lagos Nahuelhuapi i Todos los Santos, indudablemente por ser inaccesible ese terreno por su situacion cerrada entre los lagos. Mas afuera, en la orilla del Nahuelhuapi, hallé tal cual árbol carbonizado, segun parecia, de muchos años atras.

    En Llanquihue i Chiloé, donde el clima es mui lluvioso, los bosques arden con dificultad i son mas raros los incendios. En años secos i en épocas en que florecen i se secan las quilas, los incendios causados por las rozas con fuego toman proporciones temibles. En 1850, mas o ménos, el ilustre Vicente Perez Rosales pagó al famoso talador i vaqueano Juan Currieco, mas conocido bajo su sobrenombre Pichi Juan, un premio especial para producir un gran incendio en los bosques impenetrables de Llanquihue con el fin de hacerlos mas accesibles. Se dice que este incendio intencional tomó proporciones colosales.

    Aun en el archipiélago de los Chonos, que se halla envuelto casi todo el año en las lluvias, las quemazones no son mui raras. En 1857 observé una quemazon estensa, que databa de 2 a 3 años, en los cerros de una isla alta en 46° L. S, mas o ménos. El Padre Fr. Pedro Agüeros afirma que una de ellas fué causada por un meteoro (?).

    En todos los casos podemos trazar la mano del hombre como el ajente eficiente de esta clase de incendios.

  1. Un indio chilote de entre los compañeros de Menendez. En aquella época se distinguian todavia los neófitos, de raza indíjena, de los españoles. A estos últimos pertenecerian sin duda los Barrientos y demas miembros de la espedicion. Desde muchos años ya no se hace esta distincion.