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Dia 18 de Noviembre de 1786 [1]

Salí por la mañana de la ciudad de Castro y fuí a dormir al parage de Quiquel, estancia de Dn. Miguel Barrrientos y lugar señalado para juntarse, los que se ofrecieron para esta expedicion. Tardaron cuatro dias, y despues de juntos se acabó de habilitar la pirahua en que habiamos de ir.


    Falta en este lugar la licencia de, presidente de la Mision, que e autor pidió i obtuvo para el viaje anterior. Esta era, sin duda, obligatoria i Menendez, quien relata cada vez fielmente las autorizaciones en virtud de las cuales emprende sus viajes, no habria dejado de consignarla aquí, si es que la hubiese pedido. La razon de no solicitarla fué que é mismo era presidente de la Mision en aquella época, de modo que estaba exento de la obligacion de pedirla.

    En el título principal que encabeza sus "Diarios", se llama él mismo "expresidente de las Misiones". Consta por una comunicacion que el mui reverendo Vicario de Ocopa, Fr. Lúcas de I. Martorell, tuvo la gratísima amabilidad de hacerme en 1884, que el autor fué nombrado en 1783 presidente de la Mision. Parece que no ejerció desde luego este cargo, pero es cierto que lo desempeñaba a la época de este viaje, segun veremos mas adelante de un dato que nos ha legado Moraleda. Su modestia le impidió talvez darse aquí el título de presidente.

  1. Tenemos a nuestro héroe en campaña por segunda vez. Las halagüeñas espectativas que debia dejar en su ánimo i en el de sus compañeros el descubrimiento de los dos lagos i mas que todo la vista lejana de las pampas i de los cerros desnudos de varios colores, que parecian identificarse con los descritos por Silvestre Rojas en su famoso "Derrotero a los Césares", no dejaban de invitarles, con fuerza irresistible, a emprender nuevas esploraciones.