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Dia 11 del mismo

Comenzamos a subir la Cordillera por una ladera que tiene bastantes árboles, pero no están mui espesos; ay si muchos canelos pequeños [1] echados por el suelo, que molestan bastante. A las nuebe de la mañana llegamos a un valle que corre al principio N S y el rio por el medio [2], y a la orilla del rio encon-


    dras i útiles de piedra. Es mui probable que, así como venian éstas, se hayan propagado tambien las plantas de cultivo, el llama i aun la costumbre de las apachetas desde aquel centro lejano de civilizacion a las agrestes playas de Chiloé.

    Nuestra conjetura no deberá tenerse pues por ilusoria. Antes nos deberá llenar de interes el hecho que pueblos distantes i de condiciones mui diversas concurran en ciertos ritos mas o ménos análogos i tendentes a rendir culto a la divinidad con el fin de impetrar un viaje feliz.

  1. El canelo, el árbol sagrado de los araucanos, se halla en la Cordillera hasta una altura considerable, pero los rigores del clima alpino impiden su desarrollo, de modo que queda enano i solo de pocas pulgadas de alto. Causa sorpresa que nuestros piés pisen estos tallitos bajos con su bonita flor blanca rodeada del pasto.
  2. Se nos presenta aquí un problema análogo a los disecutidos anteriormente sobre los rios encontrados, pero de mas difícil solucion. Menendez sube desde Lahual-Cruz una ladera o cuesta bastante alta, que le lleva a una elevacion considerable, pasada la cual se halla en un valle, que corre en la misma direccion que el seguido hasta aquí, aunque talvez con pendiente opuesta. Falta saber, si el rio que lo recorre es el mismo Vodudahue o un tributario de otra hoya, que no podria ser ora que la del rio Reñihue, que se acerca desde el Sur segun tuvimos ocasion de verlo mas arriba. En el primer caso el autor habria pasado por un desvio, a que le obligaba algun accidente del terreno; en el segundo habria atravesado un boquete, abriéndosele otro valle con un rio que corre en direccion opuesta, es decir al Sur. Si Menendez nos hubiera comunicado cualquier de estos datos, p. e. la direccion que llevaba la corriente del rio, no quedaria duda alguna. Como no los ha dado, nos vemos en la necesidad de analizar la cuestion.

    En favor del segundo caso obra la descripcion de la cuesta, que deja entrever un verdadero boquete. Los ventisqueros de que habla nuestro autor podrian ser los mismos que menciona Delfin; ademas el rio que cae a la segunda laguna del Reñihue, viene segun Serrano M. del Norte [n 1] i


  1. Véase arriba la descripcion del estero de Reñihue p. 13.