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particular uno que está luego que se sale de aquí, y muchos árboles caidos. Aqui estubimos por causa del tiempo hasta el dia veinte y nuebe, en cuio intermedio se hizo un ranchito para decir misa los dias de Pasqua.

Dia 29 del mismo

Amaneció el dia claro i determinamos el viage. Cada uno se acomodó con su bastimento y salimos ácia el leste por medio del monte, siguiendo siempre el rio, y luego encontramos con el tepual, que está mui espeso, y tiene muchos palos caidos, que nos molestaron bastante. Tendrá ocho quadras, y despues siguen quilas y cañas. Por estar el monte abierto se hizo una jor-


    entrelazadas por ciertas clases de enredaderas (entre ellas la hermosa Philesia buxifolia) i helechos, es una pequeña islita encima del fango i se toca casi con otros iguales alrededor, de modo que el infeliz caminante se ve obligado de saltar de un tronco a otro, enredándose a cada paso con los piés en las raices o hundiéndose en el pantano. Así se comprende que aun cortos trechos de tepuales ofrezcan gran dificultad al viajero i que Menendez tenga razon de mencionar este tepual como un paso bastante molesto.

    El tepual es un tipo especial de terreno modificado por la vejetacion que alimenta; es análogo a varias otras formas de vejetacion, que ofrecen los bosques del Sur i que juntas caracterizan su fisionomía. Es poco frecuente en esta latitud: abunda cada vez mas al avanzar hácia el archipiélago de Chonos i las tierras magallánicas.

    En esas latitudes mas australes los tepuales se revisten de una fisionomia en cierto modo singular i aun grotesca, pero de grata impresion para el observador atento: el tepu se asocia allí con el especioso helecho arborescente, "la Lomaria magallanica", que soporta sobre su tallo derecho de un metro o aun mas de alto una vistosa copa de frondes. El aspecto de este helecho llamó en el siglo pasado la atencion de los navegantes española del Estrecho, que le consideraron como una especie de palma estéril, llamándole "palmilla". El tipo de vejetacion del tepual no deja de ser pues bastante curioso.

    Mas arriba en el valle del Vodudahue encontró el señor Vidal G. un gran tepual, de que tendremos que ocuparnos. El señor Juan Williams R. describe los tepuales del rio Maullin [n 1]. El que escribe estas líneas recuerda tambien uno bastante grande i molesto en el rio Gayenel, que es ocupado hoi por edificios i calles de la ciudad de Puerto Montt.


  1. Apuntes hidrográficos sobre la Costa de Chile p. 72.