producida por esta guerra, tanto en los vencidos como en los vencedores, podria ser mas tarde un aliciente para otras naciones mas fuertes de apropiarse de los ricos territorios, que su poblacion exhausta habria quedado inhábil para defender. Son éstos serios peligros que podrán comprometer en la futuro la existencia de la gloriosa i simpática nacionalidad hispano-americana, si ella, no logra alejar las guerras de su suelo.
Si agregamos a esta consideracion de carácter tan grave la del decoro, que las dos repúblicas mas adelantadas de Sudamérica deben guardar ante el mundo civilizado, se nos impone de un modo harto convincente la necesidad vital de suprimir la guerra i establecer una paz duradera, protejida para siempre contra toda amenaza que pueda turbarla.
Para obtener este resultado tan deseado se requiere únicamente dar una solucion definitiva a la cuestion de límites. La interpretacion diversa del Tratado i del Protocolo por las partes contendientes no ha permitido hasta ahora conseguir un acuerdo satisfactorio; el estado provisorio i dudoso persiste siempre a pesar de las sinceras intenciones de los gobiernos de zanjar las dificultades amistosamente. Se nos ha sujerido con este motivo una idea nueva que nos aventuramos a dar a conocer. Se trataria de un método de la demarcacion de la frontera basado sobre principios que no se han tomado en consideracion hasta ahora; la línea, que diese, podria servir de complemento ilustrador a la que establece el Tratado.
Puede parecer estraño, pero no es ménos cierto que hemos hallado este nuevo método en la historia de la mas remota antigüedad, que raya casi en mítica. Se trata de una contienda de limites, que tiene mucha semejanza con la nuestra por el ardor i la duracion de la lucha. El arbitrio sagaz de que se echó mano al fin para establecer la frontera i terminar el conflicto podrá servir aun hoi de ejemplo. Pam refrescar la memoria vamos a referir el caso histórico que sirve de base a nuestra proposicion [1].
- ↑ A última hora, estando ya impreso todo al texto de este libro, hemos obtenido la monografía El Problema de Los Andes publicada recientemente en Buenos Aires por nuestro antiguo amigo don Eduardo