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comercio, segun los refieren los filantrópicos autores Ribera [1] i Agüeros, causaban una escasez estremada de los recursos i elementos de la civilizacion, de modo que las herramientas de fierro i los pertrechos navales necesarias para la construccion de embarcaciones de estilo europeo, no se hallaban al alcance de los isleños. Por fuerza, pues, hubo que seguirse usando, durante todo el largo período del coloniaje, la piragua indíjena, que llegó a desaparecer tan solo despues de la entrada del gobierno patrio. Esta embarcacion, de cuya construccion esperamos dar una idea sucinta al anotar las viajes de Menendez, poseia buenas calidades marineras, pero no era con todo aparente para viajeros civilizados, por ser siempre hechura de indios. Las piraguas construidas en los puertos principales de Chiloé prestaban sin duda buenos servicios, pero los que se hacian en la Cordillera a toda prisa de maderas verdes, a veces poco aparentes por no haber otras a la mano, eran sin duda defectuosas i ofrecian serios peligros.

Por estas razones; los misioneros jesuitas temian arriesgarse en ellas i trataban de evitar la navegacion cada vez que fuera posible. Tomaban en este caso el camino por tierra, que ofrecia siempre dificultades mui grandes. Sabemos que en lugar de atravesar el borrascoso golfo de Huafo para catequizar a los indios Guaitecas i Chonos, prefirieron rodearlo, dirijiéndose a la costa firme, i caminar a lo largo de ella por un terreno sumamente accidentado, hasta enfrentar las islas Huaitecas, pasando en seguida el canal que las separaba de la costa. Fué tambien para evitar estos viajes tan penosos, que los misioneros hicieron empeños para trasladar a los indios chonos a Chiloé, donde los tenian a mano, como efectivamente se hizo.

Hemos visto en los viajes de Menendez a la Cordillera que los lagos que atravesó fueron azotados por temporales mui fuertes. La espedicion de los señores Dr. Krüger i Stange al rio Ftaleufu ha comprobado la frecuencia i fuerza de los temporales en esos mismos lagos. No cabe casi duda que ellos son propios de todas los lagos de la Cordillera. Veremos mas adelante que los lagos Todos los Santos i Nahuelhuapi, de que se trataba, son barridos tambien por borrascas frecuentes i de mayor o menor duracion, de modo que su navegacion ofrecia serios peligros i grandes demoras, sobre todo en las malas embarcaciones de que disponian los misioneros.

En vista de los serios inconvenientes que ofrecia el camino de laca Lagunas i teniendo por otra parte presente, que la seguridad i el bienestar de la mision, en una palabra, su existencia dependian de una comunicacion espedita con Chiloé, Guillelmo concibió la idea de buscar otro camino. Tratábase por consiguiente de hallar un camino entre Ralun i

  1. Nicolas Anrique, Cinco Relaciones Jeográficas, Santiago 1897: Lázaro de Ribera, Discurso sobre la Provincia de Chiloé.