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dez, que el mismo hecho se verificó por segunda vez en la última de sus espediciones a Nahuelhuapi.

Por el Sur alcanzó Rosales hasta el lago de Nahuelhuapi. La describe como sigue: "Al oriente de Chiloé se halla la famosa laguna de Nahuelhuapi, que quiere decir su nombre: Laguna de tigres, a la qual passé el año de 1653 por la Villarrica quando fuí a poner de paz a los Puelches de la otra banda de la cordillera nevada. Es célebre esta laguna porque tiene de vox mas de veinte leguas y contiene en su ámbito muchas islas habitadas de indios rebeldes, que ni en la fortaleza de sus islas ni en las murallas y fosos de sus lagunas están defendidos del valor de los españoles y de los indios amigos de Chiloé. Y aunque por su valentia se llaman tigres, los españoles son leones, i passan a maloquearlos por lagunas y cordilleras, a embarazarse en su fragosidad ni estorvarles las lagunas que atajan el paso, porque deshazen las piraguas, que son embarcaciones de tres tablas cosidas, y las llevan cargadas de unas lagunas en otras por las cordilleras. Y assi entran en Nahuel-guapi y dan terribles asaltos a los indios... Los puelches en esta ocasion dieron la paz y los degé mui contentos, y dí cartas a los indios de Nahuel-guapi para el gobernador de Chiloé, cuyos poderes llebé, y que por la parte de Chiloé no se les podia hacer guerra, y para que por Nahuel-guapi se hiziesse passo y abriesse camino para la correspondencia con Chiloé, que seria de grande importancia, por no averla sino por mar, y eso de año en año..."

Esta pieza de diccion i conceptos poéticos tiene, ademas, un fondo de gran valor para la etnografía de los aboríjenes. Vemos que las riberas e islas de los lagos de estension considerable, que abundan en las comarcas australes, estaban pobladas i eran recorridas por piraguas. Su estado debe haber sido, con poca diferencia análogo al que el ilustre autor de "La Araucana" habia encontrado en Chiloé, al descubrir el Archipiélago, i que nos pinta con colores risueños. Hacen una impresion dolorosa las entradas a mano armada dirijidas desde Calbuco para hacer esclavos; la piragua que se armaba i desarmaba, segun lo exijia el caso, hacia un papel importante en las correrias de los dos bandos.

El padre Rosales abrigaba, hace dos siglos i medio, ideas mui progresistas con respecto a las rejiones australes, que por desgracia no se realizaron, sino quedaron cortadas del tpdp. El Padre Guillelmo se ocupó mas tarde del mismo proyecto de establecer una comunicacion por el lado de Nahuelhuapi, sin conseguirlo. Solo hoi dia vemos surjir nuevamente aquellas ideas despues de una intermision tan sumamente larga. En cuanto a la medida propuesta por Rosales se frustró, porque los cuatro españoles despachados por el gobernador Acuña para entablar esta correspondencia fueron muertos en el camino por "los indios rebelados de Tol-