Página:Viajes de Fray Francisco Menéndez a Nahuelhuapi.pdf/287

Esta página ha sido corregida
— 275 —

adelantaron, en donde estubímos hasta que volvieron con otro viage. Quando llegaron amenazaba a llober, y con toda brebedad se hizo una barraca con cortezas de Robles, que son los arboles que ay por estos montes. Antes de concluir esta maniobra volvió a aclarar el sol y dejando asegurada la maior parte del bastimento, siguieron la conduccion, se pasó el rio tres veces y a la tarde ya estaba todo junto.

Dia 8 del mismo

Mui temprano salimos y la gente por no hacer tantos viages aumentó la carga. Cosa de una legua alcanzamos a los taladores. Haviamos ya subido tres cuestas no mui largas ni de mal paso, y aun les restaban dos que abrir para llegar a lo alto de la cordillera. Siguieron la primera y despues de subirla se sigue un llano todo lleno de canelos pequeños que molestan mucho al andar. Pasamos una vega corta y al entrar en el monte se hizo pascana: bajamos todos en busca del bastimento, dejando el talar para la vuelta. Llegaron cerca de las doce, y el tiempo ya, amenazaba a llober. Luego se formó otra barraca de cortezas de Reulines, que los ay grandes y son generales en los altos de las cordilleras que tengo andado y su corteza no sirve para tiendas de campaña [1]. Luego comenzó a llober y este es el segundo dia de agua que hemos tenido despues que andamos por el monte.


    El alojamiento de Steffen, la casa de Pangues, que es hoi la etapa obligada para la entrada al paso, se halla en el mismo punto o a mui poca distancia

  1. Al principio del camino hai unos zanjones o quebradas algo difíciles de pasar, entre las que recuerdo una especialmente mala. Las varias cuestas mencionadas por Menendez no se distinguen mui bien. El ascenso es gradual e irregular, pero se hace mui pesado por la gran espesura del bosque, por los árboles caidos, por la falta del sol i todo otro medio de orientacion.

    En esta rejion fué donde los ilustres antecesores de Menendez. Diego Flores de Leon i los P. P. Nicolas Mascardi, José de Zúñiga, Felipe Laguna i Juan José Guillelmo sufrieron mas al atravesar el paso, i donde nos viene a la memoria el cuadro de este penoso trayecto, que el padre Laguna, nos ha pintado con tan vivos colores.