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tor mirando á la jóven, "y en tanto no lo haya conseguido, creeré siempre que la muerte es preferible al ensueño."

Los velos de la tormenta se rasgaron de pronto, y el cielo estrellado, y la rejion de los espíritus, aparecieron con todos sus esplendores.

La lluvia cesó por un momento, y un vapor perfumado comenzó á elevarse hácia las altas rejiones.

Un rumor extraño ajitó suavemente las capas del aire, y un brillo súbito se destacó en la altura.

Todos contemplamos aquel resplandor.

—"Alma del alma......." dijo el Doctor, y agitado por un fuego interno, hizo supremos esfuerzos por elevarse en el aire.

Vano deseo;—la gravitacion le mantuvo sujeto.

El punto blanco empezó á descender, suave y blandamente, como sostenido por una nube de espíritus propicios.

Y á medida que se acercaba á nosotros, lanzaba mas vívidos destellos. Sus espirales habían generado tambien la caida recta.

Todos contemplamos el espíritu imájen, atraídos por su magnificencia.

El doctor estaba fuera de sí.

La bella Marcialita, á semejanza de una Sibila inspirada, experimentaba vivas convulsiones, como dominada. por una fuerza extra-natural.

¿Existía alguna relacion entre la hermosa jóven y el punto blanco, el espíritu imájen cuya fuerza