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—"Gramineas! ¡gramineas! leguminosas herbáceas!"

—"¿Y en la Fauna?"

—"En nombre del Ser Supremo! explicadme estos misterios, señor Seele; aquí veo el..... pero nó,— no quiero ver sino la deslumbrante cumbre del Famatina."

Llegamos al pié del Nevado que levanta atrevidamente su blanca cima, sacudiendo al huracan y á las tormentas la nieve que la cubre con helado sudario.

Y tendiendo la vista al Occidente, percibimos la inmensa cadena que limita en esa parte un valle espléndido por su aspecto y por sus aromas, valle que recibe sus aguas abundantes de las nieves derretidas al contacto de la piedra, y estas aguas, al desbordarse, torrentes impetuosos, inundan el valle, sin apagar la vida en los bosques de Naranjos, de Mirtos, de Laureles y de Limoneros, que perfuman el ambiente de aquel encantado Eden Marcial.

Una vegetacion poderosa, hija del calor, de la luz y de la humedad, surje por doquiera, y hasta en las rocas brotan Flores del aire, preciosos Musgos y caprichosos Líquenes, como si un exceso de vida desafiara al helado gigante que limita el oriente de aquel valle.

Y en tanto que las borrascas sacuden al coloso, y arrancándole hebra por hebra de su blanca melena,