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Manto inmenso que se manifiesta en todas partes, cubriendo la mayor estension de las planicies y que desde las cumbres mas prominentes se derrama en ruidosas avalanchas que atraidas después por las aguas lentamente, se deslizan por la inclinacion natural del terreno para señalar mas tarde en las playas marinas, el vaivén de las olas que implacables las sepulta en el fondo del mar, el cual en el capricho de sus furias las arroja en todas partes donde encuentra un lómite á su dominio turbulento.

La constitucion petrográfica de esos cuerpos rodados, en general pórfiros y silicatos diversos, acusa de una manera incuestionable el lugar de donde proceden: son fragmentos de altas montañas que existieron en dias pasados y otros pertenecen á elevaciones actuales del suelo que se disgrega á nuestra vista.

Ese manto inmenso de piedras, cubre la mayor esténsion de la Patagonia y según la opinion del eminente Darwin, constituye la capa mas considerable de cascajo que existe en todo el mundo, «reunidas todas esas piedras, dice el mismo autor, podría levantarse una gran cadena de montañas.»

No queda duda, pues, de que la superficie del terreno argentino se nivela; que la Cordillera Andina y sus innumerables ramificaciones pierden por momentos la rigidez de su altura y de que el mar tiende á retirarse de la tierra.

Pero así como las montañas bajan, el solevantamiento de estas costas es un hecho perfectamente averiguado que no puede escapar á la mirada del hombre menos observador.