Página:Viaje al Interior de Tierra del Fuego (1906).pdf/94

Esta página no ha sido corregida
— 95 —

y esto esté transitado, las marchas por aquí, no tendrán nada de dificultosas.

Como se ve, las maderas pueden salir por las cuchillas de los cerros, por las quebradas y los valles.

Desde el cerro Hedición hasta donde nos encontramos, otro podrá llegar fácilmente en dos días, tres á lo más y hasta con cargueros, si ha cesado unos días de llover. () Ahora, ya podemos regresar.

—Sin ver el Fagnano! ¡Haber llegado tan cerca!—También yo me sentía mortificado. Por entre los árboles, llegaba hasta nosotros un rumor lejano... como de agua...

—Quizá el lago no está lejos, se siente como ruído de olas...

—Quizá—dijo el indio—es el viento entre los árboles de las otras montañas.

Y emprendimos la marcha de regreso, con la esperanza perdida de llegar por alli al Fagnano, pero, como siempre la desgracia de los demás es un consuelo, volviamos recordando que otras expediciones tampoco habían llegado por esta dirección y que éramos nosotros, hasta la fecha, de los pocos que por alli, se internaron.

Al cruzar el río nuevamente y que quedaba anotado en nuestro mapa, lo llamé Río General Cerri, recordando al jefe del ejército argentino, cuya vida ha sido y es como este rio, que empezando por un hilo en las faldas de la montaña, avanza cada vez más grande y torrentoso, pero llevando siempre en su carrera, aguas cristalinas.

(") Hicimos la marcha por lo alto del cerro. siguiendo un rastro bieu claro de indios y gnanicos, que por muy gastado. indica la frecuencia con que se le recorre.